En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad COP 16, que se lleva a cabo por estos días en el país y que nos invita a reflexionar sobre la relación que tenemos con nuestro entorno, uno de los mejores ejemplos es el de la Línea 1 del Metro de Bogotá.
Se trata del proyecto de infraestructura de movilidad más importante del país, que fue concebido desde su diseño como un sistema sostenible, gracias a la inclusión de parámetros ambientales que contribuirán a la prevención, control y mitigación de los impactos ambientales que se puedan generar por su operación.
Esta descarbonización del transporte público permitirá ahorrar por lo menos 19 millones galones de combustibles fósiles al año, contribuyendo a la mejora de la calidad del aire, teniendo en cuenta que se generará una reducción de contaminantes locales NO2 (dióxido de nitrógeno), CO (monóxido de carbono), SO2 (dióxido de azufre), PM10 (material particulado), PM2.5 (material particulado), lo cual ayudará a mejorar la calidad del aire de Bogotá, generando beneficios directos para la salud pública.
El Metro de Bogotá contará con arquitectura bioclimática, aprovechando el uso de la luz y la ventilación natural. Tendrá recirculación del agua para su aprovechamiento en las estaciones y los trenes contarán con iluminación de tecnología LED.
De hecho, el alcalde Mayor de Bogotá, Carlos Fernando Galán, visitó las obras de la estación 6 en la avenida Primero de Mayo con avenida Boyacá y evidenció los avances en este frente de obra, que además de la estación tendrá una estructura subterránea que permitirá el almacenamiento de aguas lluvias con capacidad de 166 metros cúbicos: “ La Línea 1 del Metro de Bogotá va a tener capacidad de almacenamiento de aproximadamente 2.165 metros cúbicos de agua lluvia a lo largo del trazado para ser utilizada en la red sanitaria de las estaciones del Metro”.